Seguramente algún poder ella tenía, para darse cuenta de decirme lo que necesitaba cuando lo necesitaba, y abrazarme cuando yo quería que me abrazase. De retarme cuando yo ya no daba más y arrastrarme a hacer mi práctica especial de Labo...la uru me cuidaba, y yo hacía todo lo posible para cuidarla a ella, si me salía.
Nadie podía merecer el Pabellón uno más que ella, nadie que yo conociese amaba más la física. Tenía esa pasión suya bastante responsabilidad de que yo estuviera también allá.
Nadie podía merecer el Pabellón uno más que ella, nadie que yo conociese amaba más la física. Tenía esa pasión suya bastante responsabilidad de que yo estuviera también allá.
Gracias. =)
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