Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

domingo, 18 de junio de 2017

Asíntota

¿te conté alguna vez sobre nosotros dos? Creo que nunca te dije que. Que tu cara se me dibuja delante del monitor mientras escribo. Si hasta a veces tengo cosas que hacer y te me aparecés ahí, flotando suavemente sobre la planilla de Excel, como un fantasmita que no me quiere dejar, cerca mío. Y, por alguna razón, cuando por fin podemos vernos, ya te estoy extrañando mientras charlamos. Y cuando te hablo, tengo que apoyar mi codo en la mesa y mi cara inclinada, de costado sobre la mano cuyo codo está apoyado en la mesa, y los dedos de esa mano levantándome el pelo. Tengo que hacerlo por el mero hecho de que creo que así mis palabras suenan más interesantes, y esa mirada, junto a otras cosas, harán que te sientas perdida por mí. Y pienso en tus labios, tus dientes y tus ojos negros. En ese mechón de pelo que se derrama en tu cara y que tengo que acomodar detrás de tu oreja, deseando fervientemente que vuelva a caer, para que el proceso se repita torpemente y nunca termine.

Pero no somos nosotros dos, yo acá estoy bien solo. Y tu nariz y tus bigotes y tus brazos nunca estuvieron más lejos. Y quisiera poder acercarme más. ¿cuánto puedo acercarme sin tocarte? Mmm, creo que ambos entendemos el concepto de asíntota.