Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

sábado, 21 de mayo de 2016

Flor

Yo ni sabía que jugaba Tigre. Lo supe cuando pasamos por 202. Ahí subieron varios. Y unos cuantos más en 197.

Para cuando me ofreciste el chicle de menta ya eran unos cuantos más cantando en el fondo del colectivo.

Me ofreciste un chicle de menta y nunca habíamos hablado. Ni nos habíamos visto. Eso sí que fue muy extraño.

Yo estaba de la peor manera. Con el sudor seco después de jugar al fútbol. Con el pelo revuelto después de habérmelo dejado crecer de más unos dos meses. Con mi viejo buzo verde manzana sobre la remera y todavía en shorts a pesar del frío y...

La cuestión es que cuando me ofreciste el chicle te miré por primera vez y te di las gracias. Fue ahí cuando me ruboricé como nunca y te miré por primera vez a los ojos y vi que son verdes.

Hablamos hasta llegar a Escobar.

Sé que tu novio es un tal Santino. Y que mi mejor amiga lo dibujó. Y es un músico de acá.

Sé que sos de Glew y sos mamá.

Sos un año mayor que yo.

Estudiás profesorado de literatura.

Te bajaste en la estación y dijimos que tal vez nos volvamos a ver en otro viaje de Viernes a la noche en un común.

Y unos tres minutos antes nos presentamos y creo que te dije que fue un gusto. Y ahí fue que supe finalmente tu nombre. Tal vez no sepas que aquí se realiza una Fiesta Nacional en tu honor todos los años.