Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

sábado, 30 de julio de 2011

Pasos

Los dejó solos. Era una de esas situaciones que lo incomodaban. Bah, casi cualquier "situación" lo incomodaba. Se restregó los ojos, y tras cerrar la puerta, sus pasos resonaron, con eco incluido, en su transcurso por el pasillito.
Decidió no tomar el ascensor: la escalera formaba casi su único ejercicio físico rutinario, y además (aunque nunca lo hubiese admitido) tenía cierto pánico hacia ellos. Fue bajando de a saltos, saltando alternadamente con la piernas izquierda y derecha, respectivamente, hasta que cuando le quedaba la última (venía desde el quinto piso) los gemelos le ardían y no tuvo más opción que bajar normalmente. De más estaba decir que no hubo nadie con el que se cruzase en el trayecto, por lo cual se ahorró el ridículo.
Ya en planta baja, llegó finalmente a la puerta, abrió, y dejo pasar a una viejita que sonrío agradecida. Tras cerrar nuevamente con su llave, se le ocurrió que la señora podía ser miembro de alguna organización terrorista, y él, muy descuidado, la había dejado entrar. Tuvo una gran satisfacción y se le curvó una mueca al imaginarse al edificio desmoronándose, provocando cientos de muertos y heridos. Lo que le causaba placer no era el horror en sí, sino el mero hecho de poder ser partícipe de un hecho tan trascendental.
Se alejó unos cuantos pasos más, dejándose arrastar por sus pies hasta la parada, esquivando baldosas rotas y excrementos caninos, aunque, por tener la mirada fija al piso, no pudo evitar chocarse con algún otro peatón. El colectivo llego unos diez minutos después, se subió algo apurado (aunque en realidad no tenía que ir a ningún lado) por lo cual se ganó una mirada ofendida del chofer, y al sentirse atemorizado, como le sucedía en casi cualquier situación, apenas osó a balbucear torpemente su destino, y por fin, para su alivio, llegó a su duro y pegajoso asiento para jugar uno de sus juegos favoritos.

viernes, 29 de julio de 2011

Jujuy

Morir sigue siendo fácil en Argentina...

jueves, 28 de julio de 2011

Colapso

Y el tipo buscaba metáforas, comparaciones, analogías, razones, excusas, justificaciones, algún argumento para expresar lo que en realidad se había vuelto tan trivial de observar.
Un te quiero brotando insensato, produciendo un alivio infinito, pero condenándolo al abismo que siempre es el profundizar las relaciones mezclándolas con jarabe.
Años después de desamores y desencuentros, de platos rotos y aniversarios deprimentes, este buen hombre cayó en la cuenta, de que a veces, sólo a veces, el amor era un café a la mañana, una pelea a la tarde, unos brócolis con queso a la noche. Y de vez en cuando, sólo algún que otro de vez en cuando entre esas a veces, que no tenían por qué ser pocos de veces en cuando, en una mirada, en una risa de siempre, en unas zapatillas rotas, y en uno de esos soles fugaces, se estrellaba sobre sí misma colapsando, toda la belleza, toda la poesía, y todo ese sacrificio convergía a cero, y todo ella, y todo él, todo ellos, divergían como delta de dirac, muertos una vez más, siendo uno y dos.

Gol de Sanfilippo

Carta de Osvaldo Soriano a Eduardo Galeano. Del libro 'El fútbol a sol y a sombra' de Galeano.

Te cuento que el otro día estuve en el supermercado «Carrefour», donde antes estaba la cancha de San Lorenzo.
Fui con José Sanfilippo, el héroe de mi infancia, que fue goleador de San Lorenzo cuatro temporadas seguidas. Caminamos entre las góndolas, rodeados de cacerolas, quesos y ristras de chorizos.
De pronto, mientras nos acercamos a las cajas, Sanfilippo abre los brazos y me dice: «Pensar que acá se la clavé de sobrepique a Roma, en aquel partido contra Boca».
Se cruza delante de una gorda que arrastra un carrito lleno de latas, bifes y verduras y dice: «Fue el gol más rápido de la historia».
Concentrado, como esperando un córner, me cuenta: «Le dije al cinco, que debutaba: no bien empiece el partido, me mandás un pelotazo al área. No te calentés que no te voy a hacer quedar mal. Yo era mayor y el chico, Capdevilla se llamaba, se asustó, pensó: a ver sino cumplo».
Y ahí nomás Sanfilippo me señala la pila de frascos de mayonesa y grita: «¡Acá la puso! ».
La gente nos mira, azorada.
«La pelota me cayó atrás de los centrales, atropellé pero se me fue un poco hasta ahí, donde está el arroz, ¿ ve ?» -me señala el estante de abajo, y de golpe corre como un conejo a pesar del traje azul y los zapatos lustrados-: «La dejé picar y ¡ plum !».
Tira el zurdazo. Todos nos damos vuelta para mirar hacia la caja, donde estaba el arco hace treinta y tantos años, y a todos nos parece que la pelota se mete arriba, justo donde están las pilas para radio y las hojitas de afeitar.
Sanfilippo levanta los brazos para festejar. Los clientes y las cajeras se rompen las manos de tanto aplaudir. Casi me pongo a llorar.
El Nene Sanfilippo había hecho de nuevo aquel gol de 1962, nada más que para que yo pudiera verlo.

martes, 26 de julio de 2011

Ilusionistas

Un nene cuenta sus narices y, aliviado, comprueba que ya no tiene ninguna. El pariente jocoso, ve, con horror, como lo que creía que era su dedo pulgar, tiene dos orificios olfativos mocosos en su lugar.

Desde luego el pibe, sin más opción, toma un cuchillo de esos largos de la cocina, y aprovechando el desconcierto del adulto responsable, distraído, observando esa realidad alterna a lo que él supone posible, con un movimiento sorprendentemente veloz, los recupera.

Se los pega de nuevo y, burlón, agrega: "ya no tenés mi nariz!" mientras el señor se desangra.

domingo, 24 de julio de 2011

Demo-Kratos

Un juego: un mensaje populista, demagógico y vacío de contenido, que hace sentir a la gente identificada con el locutor. Éste sabe como acceder al corazón de la masa, como hacer del individuo parte de un todo y homogeneizarlo como parte del mismo.

La empatía es indispensable: mostrar que aún en su grandeza el ser soberano es capaz de tener algún problema algo similar al de sus oyentes, pero que, a su vez, su extraordinario poder le permite superarlos a pesar, (e incluso gracias) a ellos. Eso sí, nadie tocará su aura.

El tercer punto clave, tal vez el más importante, es señalar a un enemigo acérrimo (real, ficticio, o un poco de ambas cosas) culpable de todos los problemas de la plebe: gorilas, judíos, subversivos, cabezas, extranjeros, latinos, mejicanos, homosexuales, negros, zurdos, comunistas, capitalistas, militares, inberbes, fachos, nazis, rojos, empresarios, etc.

Sin dudas lo definitivo, y decisivo, es buscar la supresión de la razón lógica en la población: la gente poseída por emociones fuertes es mucho más manejable, si se saben aplicar los puntos anteriores.

Será de vital importancia mantenerla con el nivel más bajo posible en cuanto a su educación se refiere, así el engaño será posible de ser llevado a cabo. Por eso, la mayoría deberá ser pobre, o indigente, obligada al trabajo forzado y/o rutinario con tal de permitir su propia subsistencia. Esto último le dejará poco tiempo para poder acceder a una mayor diversidad de conocimiento, e incluso, debido a esto, no será siquiera consciente del uso y abuso de sus derechos por parte de sus propios representantes.

viernes, 22 de julio de 2011

Sangre

El sol se filtraba por las rendijas de la ventana, y el verde no era verde, y el marrón no era marrón: por todo eso yo ya sabía que eras vos. Nada es más importante que tener una certeza, que dejarse llevar y tomar una decisión. No caímos en la demagogia de mentirnos mutuamente. Nos quedamos ahí, mirándonos a través de una rendija sonriendo, hasta no poder más.

jueves, 21 de julio de 2011

Azules

Tal vez haya sido el último vuelo dorado: puntazo a puntazo, ilusión a ilusión, gol a gol, se desdobló sobre sí mismo y se abrió como capullo para decretar sin belleza sucesivas muertes del arquero. Sin magia en sus botas se desplegó con sudor, como un sueño de saeta alejándose del suelo para no volver.

No volver. Un abrazo en silencio, una despedida no confesada, pues nadie sabe cuando oportunidades de esa clase se presentan.

Un Invierno, por ser invierno, era el momento de acurrucarse, y sacar del medio.

miércoles, 20 de julio de 2011

Principia

Tras exhaustivas reflexiones internas, puedo decir, con total humildad y (sobre todo) objetividad, que soy un gran escritor. Aquí anunciaré en breves, los preámbulos de mis esperanzas.

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Sos el viento de todos mis barriletes

domingo, 17 de julio de 2011

Renacuajos

No me gustaba eso de que fueras de la realeza. No quería, ni quiero, muñecas maquilladas y falsas, con sonrisa plástica y fealdad artificial: yo quería unas alpargatas y unos jeans medio rotos (o una pollera larga) pelo enredado por el viento y ojos inevitablemente brillantes por el sol tempranero, y las ojeras de una noche sin dormir. No quería princesas.

Pero tal vez sólo por eso de quedar bien, de arreglarte porque de vez en cuando (sólo de vez en cuando) te pintabas bien las uñas, te delineabas los ojos, y salías sin prejuicio alguno a matar por ahí, con esa forma de asesinato tan sutil que te hacía culposa y no dolosa, al menos desde el punto de vista oficial.

No me gustó desfallecer en tus dominios, en tus labios nunca tan rojos. Muy fácil fue para vos hacer de ese colectivo un carruaje, de esos pasajeros tu séquito, y de mí.

Y de mí hacía vos. Sin crédito en el SUBE, fuimos contando monedas improvisadas, y lo que nos quedó se hizo barra de chocolate, tras tu banquete real de milanesas con papas fritas.

No quería, porque no podía, coronarte con papel de cigarrillo, no sólo porque no fumábamos, sino porque se te hubiese caído varias veces esa corona mientras saltabas en cada esquina, dado que tus cortas patas no llegaban al cordón sin poder evitar el agua que allí se acumulaba.

Las llaves, y su sonido de metal, que nunca había sido igual, abrieron, y yo por primera vez fui caballero y te dejé entrar sin pasar al café. Tal vez de mi parte fue una ingenuidad.

Pero mejor cumplir con el protocolo.

Pasillos

Con su música favorita, con whisky y pastillas, tiraba su vida. Vaya uno a saber porqué. Tal vez porque así, siendo como era él, debía ser. Sin lágrimas, ni culpas, ni dramatismo alguno: muy poco sensato era lo que en realidad era evidentemente inevitable.

Se doblaron las esquinas y en las nostalgias y en un murmullo naranja todas las noches se volvieron de luna llena.

Entró corriendo alguien, se escucha un tal vez.

viernes, 15 de julio de 2011

Finale e concluzione

Por eso nos escribo, nos escribo a los dos en mi cabeza, porque sé que sólo vos podrías entender lo que pienso ahora, ilusión a ilusión, maquinación eterna.

No sé de vos. No sé de mí. Somos ficción, y de mentira. Hoy nos vuelvo a escribir.

jueves, 14 de julio de 2011

Apuntes

Con toda esa puta pureza de amor cotidiano que tenían esos dos, no dejaban nada para el resto, y en el medio de los océanos quedaban los párpados, la espuma, y los sobrecitos de edulcorante que nunca nadie iba a usar.

En alguna parte de la panamericana quedaba la selva, sin taparrabos los monos pelaban bananas y derretían argumentos triturando la capa de ozono. Y entonces, ya el norte de la provincia quedaba muy lejos, y en Buenos Aires capital, al borde del río, ellos dos, tomando en telgopor, rompiendo toda la porcelana.

martes, 12 de julio de 2011

Dos por cuatro

Con tus ojos tristes dibujabas las sombras de la pared, y con tu sonrisa que todo lo comprendía iban cayendo una a una. Si habré contado las rayas de tu remera, y cada una de las cadenitas que se iban arrancando con una premura insoportable. El disco rayadísimo sonando una vez más, los terrones de azúcar muertos todos en tus dientes, se sumaban a todos los rubores de todas las vergüenzas en cachetes morados, y todas las ondas de tu pelo iban y venían, oscilando en resonancia, haciendo estallar a pedazos los soles que ya no nos miraban. Y si venía un beso había otro, y si corríamos descalzos porque nos ardía el suelo de abajo y nos encantaba, y si, y si.

Parabas. Una vez más te habías adueñado de todo.

Algún perro ladraba, y mientras amanecía, o atardecía, yo ya no sé, era otoño, invierno, primavera, verano, unos mates, unos churros y la telenovela, con esa señora que nos puteaba desde la ventana de enfrente.

viernes, 8 de julio de 2011

The Battle of Evermore



Siempre se estremece en una de las oscuridades, arrastrándose una y otra vez a esas cenizas, esas que estallan de vez en cuando en una memoria de guerra y nostalgia. Los guantes sostenían la carne fresca, o tal vez era la foto en blanco y negro de lo que fue, o pudo ser...

Cuento los fósforos...todavía no quemé todo.

jueves, 7 de julio de 2011

Dos por tres

Soy inmortal. Te veo y vos, no sos vos, y yo no soy yo, y nada es en realidad. Un alfajor de mousse a medio comer es, pero vos y yo no. Café con leche y otros desayunos: el amor muta en forma de joystick inalámbrico, y apretando todas las teclas siempre salen, y no por casualidad, los mismos ganadores.

Gusta una del rosa, y otro del negro, mas caminan el mismo sendero sin otro propósito que la mera existencia. Tres años no es nada, y es todo, o mucho...o tal vez sean dos y uno, y uno y dos, porque siempre van juntos.

Me quedo si te quedás, y si te vas me voy con vos. Y si un día me mandás a la mierda, después me olvido y me río. No hay mucho más que vivir, ni ser vivido, pero cafés quedan muchos por beber.

Y si no los puedo imaginar separados no es original, a todos le pasa. Y lo mismo si digo que los quiero, que son lindos y ñoñísimos.

No hay más que eso. Un Mai, un chino, unidades elementales de vaya uno a saber qué cosa, fusionándose y mezclándose con todos, sin dejar de ser dos, sin dejar de ser ellos mismos.

No queda más. El amor existe, pero no es rosa.

Parcial

Todo bien...pero te extraño, estúpida.

martes, 5 de julio de 2011

Nadanadanada

Esquizofrenia, locura, y creatividad.

Vos, vos y vos.

Yo, yo y yo.

sábado, 2 de julio de 2011

De abandonos

Me quedé ahí quieto, simplemente perdido en tus tobillos. Ellos se iban, ni frágiles, ni fuertes. Pero en lugar de ellos, se doblaba el piso, y yo sin él, quedaba suspendido, ingrávido, condenado a flotar para perseguir con la mirada ese par de tobillos en los que me había perdido.

Me arden los dedos, no tocan nada, pero se retuercen y escurren su sangre sobre sí mismos, decididos a ese suicidio con tal de evitar ser parte de vos.

Te vas con la mirada, y me quedo en tus tobillos. Te vas.

Te vas con los brazos en jarra, y con la espalda negra.

Me das tu última cara, sonrisa de nada, café tampoco.

Me duelen tus pies, y me vuelvo a la tierra.

Soy yo.

Quedé tirado, vomitando en tu almohada.