Fallece internet en mi domicilio particular, y las inspiraciones quedan grabadas en cerebros y en hojas de caligrafia indescifrable. Oh, ¿qué sera de mí?
En mi casa real, sin embargo, está lleno de computadoras lentas y perezosas que no me dejan otra cosa más que hacer que utilizarlas solamente para escribir.
Me he quedado sin metáforas en mi bolsillo de caballero, y en las carteras de las damas encuentro los placebos de mi invierno sin bufandas. En este, su solsticio, en el labo de compus, encuentro tus ojos, que leen mucho mas rápido de lo que yo pienso, y no soy más que ese que busca, como todo aquel que escribe, un sentido de pertenencia con el que lo acompaña, una convergencia, una extraña empatía telequinética.
He decidido como todos los grandes nombres de la humanidad, ser valiente, pero todavía, no me he atrevido.
Suspiro por una Argentina, por "la" Argentina, con sus eternas turbulencias. Suspiro por una argentina, "la" argentina, con sus eternas turbulencias. Argentina y argentina, tan diferentes, y tan parecidas.
El amor se pierde, se diluye en un tal vez, el tal vez de tus labios de vodka.
Danza de mocos,
danza de saliva,
solsticio de Invierno.
No hay placebos para una argentina (¿Argentina?) resfriada.
En mi casa real, sin embargo, está lleno de computadoras lentas y perezosas que no me dejan otra cosa más que hacer que utilizarlas solamente para escribir.
Me he quedado sin metáforas en mi bolsillo de caballero, y en las carteras de las damas encuentro los placebos de mi invierno sin bufandas. En este, su solsticio, en el labo de compus, encuentro tus ojos, que leen mucho mas rápido de lo que yo pienso, y no soy más que ese que busca, como todo aquel que escribe, un sentido de pertenencia con el que lo acompaña, una convergencia, una extraña empatía telequinética.
He decidido como todos los grandes nombres de la humanidad, ser valiente, pero todavía, no me he atrevido.
Suspiro por una Argentina, por "la" Argentina, con sus eternas turbulencias. Suspiro por una argentina, "la" argentina, con sus eternas turbulencias. Argentina y argentina, tan diferentes, y tan parecidas.
El amor se pierde, se diluye en un tal vez, el tal vez de tus labios de vodka.
Danza de mocos,
danza de saliva,
solsticio de Invierno.
No hay placebos para una argentina (¿Argentina?) resfriada.