Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

lunes, 26 de octubre de 2009

Suicídese suicida, que no tengo todo el día!

Louis Armstrong. Ya está. No hace falta que diga (escriba) nada más. Simplemente, escuchar...y yo ya no sé. Veo recortes de papel brillante por todos lados: momentos que sólo brillan al sol y muy de vez en cuando, hasta opacarse y apagarse. (Dejé de escuchar para escribir). Más que nunca mis neuronas se ciernen sobre lo mismo: indecisión futura, muerte, vida, nubecitas, sueños, fernet, cerveza, coca, balonpieses, y dudas y más dudas pseudofilosóficas. O filosóficas en serio. Como siempre, mucho razonamiento; poca resolución.
Pero por sobre por sobre todo, una fiebre furiosa incontenible, deseoso de patear todo de una vez, de hacer añicos el mosaico insoportablemente real de lo que ante mis ojos, fuera de mi mente, y a través de mis sentidos se me presenta como un lago oscuro y sin fondo. Las ganas de beberlo para cruzarlo, y sólo tener un estómago y un sorbete. Una sonrisa irónica más para reírme de mis propias payasadas. Y vamos que estoy buscando una hoja de papel, para hacerme un barquito, para cruzar el lago, y ya no escucho a Louis, no. Pero no tengo que apurarme, primero rompo el mosaico, después al lago, sí.
Es cierto ya sé. El lago y el mosaico, los generé yo, nadie más los ve. Pero bueno, ahí están. Consiguiendo que la miel sea amarga a la mañana, y yo sin animarme a cruzar, aunque llegue una lanchita, mejor con barco de papel así me ahogo. Revivo como zombie y le saco el cerebro (aunque sin comerlo en este caso) al gordito de "¿Porque llamamos a todos los puntos P y no Q, por ejemplo?" de la clase de Mate. Mate amargo. Mate amarga. Sí, y miel amarga. Soy amargo. Salvo que se oiga por ahí una voz gruesa rasposa y una trompeta que.

viernes, 23 de octubre de 2009

Menta

Esto es muy importante, aprende lo siguiente: no temerás a la muerte. Estarás siempre listo, esperándola con la dicha que corresponde. Buscarás ser feliz, como Axel con gomitas de menta/eucaliptus (si es que así se escribe). Vivirás en un espacio y tiempo diminuto, con herramientas escasas, pero será todo tuyo, y no tendrás nada que perder. Y si ayudas a alguien a ser feliz un poco (como la mencionada golosina al mencionado señor de pelo enredado y acné) habrás hecho algo. Cuando el joven fallezca, dentro de un ratito, mañana, o en un par de décadas, tal vez te recuerde este consejo. O te pida algo dulce.

Manifiesto

Las muertes se mezclan y las vidas se confunden. El manifiesto que yo proclamo una y otra vez se hace cenizas...ya no se que es lo queda tras eso. Se me viene la imagen, no se porque, de un pañuelo de tela arrugado y bien llenito de mocos. Así de inexplicable es todo. Mientras tanto todo y todos sigue(n) actuando con normalidad, y eso es más incomprensible aún. Ya nadie parece estar interesado en hacer algo diferente, en "mover al mundo": la gente se pegotea (como los mocos, precisamente) a un sistema que sólo busca destruir su espíritu: la clasifican y la encajan en tal o cuál profesión, conducta social, inteligencia, etc. y no sé. Me pregunto si alguna vez verdaderamente buscaron salir del cascaron y respirar al aire libre: permitirse, aunque sea una vez, ser irresponsable, irracional, estúpido, incoherente como para poder darse cuenta de la realidad, y que en el fondo, nada más hay que buscar ser feliz. Uno está tan loco como se lo proponga. Loco y feliz.

(lo guarde sin publicarlo, y ya que estamos al pedo hoy lo hago (23/01/10))

lunes, 19 de octubre de 2009

Fragmentos

Ha pasado una semana rara, y un finde más raro aún. Las cosas están un poco más "normales", por decirlo así, y se vienen unos lindos parciales el Viernes y el Sábado para los que estoy estudiando un algo. De todas maneras, mis fantasías y obsesiones siguen por ahí, y están listas para sublevarse en cualquier momento, intentando derrocar a mis obligaciones para con el sistema en el cual lamentablemente estoy inmerso.
No sé si todas estas cosas que pasaron en la realidad, pero tal vez las que se cruzaron en mi pensamiento estos últimos días, permitirán algún tipo de cambio (ni positivo, ni negativo) en mí en el futuro inmediato o si sólo quedará un recuerdo de este lapso. O si nada de todo esto. La verdad es que igual no voy a escribir sobre nada de lo que me ocurrió todavía.

Y ahí está: entramos en la temporada de recuerdos sin darnos cuenta. Los fragmentos de alma trasladados al presente en forma de nostalgia que permiten la existencia inapelable de la inmortalidad. Sí, hacen eso los recuerdos, nada menos. Recuerdos pasados; nostalgia presente. O un presente de futura nostalgia. Si se tiene tanta ahora, y tan fuerte, como será después de los 40. O antes del fin.
Antes del fin. Está bueno poder razonar a veces, para no temerle a la muerte. Porque para cuando muramos, si hicimos algo (y algo tendremos que haber podido hacer para entonces) seremos recuerdo y nostalgia. Y un pedazo nuestro vivirá en otro. Al menos por un tiempo, seremos inmortales. Y quién te dice...me gustaría morir algún día.

martes, 13 de octubre de 2009

Martes 13 (buuuh! que miedo!)/ Cerrando entrada inconclusa

Me había quedado por terminar lo que empecé ayer, que por sucesos de planetas cercanos obligó la interrupción de mi (¿reflexión?). Dicho inconveniente será aclarado si me consultan.
Pero volvamos. O mejor, vuelvo. Vuelvo al francés. Y al sueño supremo de cosas retorcidas. Todo esto figura fuera de mis orillas, (para explicar la sensación me vendría bien un capítulo de Rayuela del que no me acuerdo el número) en un espacio cercano y visible pero inalcanzable. Sería como saber que hay otra dimensión infinitamente cerca, imaginarla, conseguir hacerse una idea de ella en el cerebro, y sin embargo, no poder saltar hacia ella. No obstante tal vez sea esa sola melosa idea, y el hecho de poder figurarse ese cosmos paralelo (con mucha suerte hay intersección en algún lado) sea un poco Verde, y muy Naranja. Un poco feliz; y algo triste.
Es eso nomás: un salto de dimensión en dimensión. De la mía a la tuya. Y viceversa. O no. A lo que voy es que la felicidad simplemente puede ser un intento y nada más que eso. El intento de perfección idealista que nos permite por un instante volar. Mientras dure el salto, claro. Básicamente, la felicidad es un diferencial salto sobre un diferencial altura: o la derivada de un salto respecto del tiempo.
Pero mi alter-ego soñador no quiere pabellónunofilosofar. NONONONO. Quiere saborear toda la mediocridad de su ser hasta quemar sus papilas. Quiere que él sea yo. No lo voy a dejar. O al menos, no tan fácil. Eso sí, él es el único, dentro de mí, con piernas fuertes como para poder ir hacia arriba. Arriba, y arriba, y arriba, y....

lunes, 12 de octubre de 2009

Entrada inconclusa

Las cosas están que chorrean. Y se desbordan: (algo así como una olla hirviendo tapada sin resquicio para que salga el vapor). Las dudas se multiplican. Esta, mi mente, es un dulce y trágico infierno opaco. Cromático, pero opaco. Ese líquido derramado a veces viaja en la frente y en el pecho, en medio del enésimo pique sagrado en busca de la esfera del placernopensado. Otras por pupilas que se nublan para no ver la realidad. Más raro aún, en el torso del último héroe temporal argentino. Y, la mayoría de las veces, en los jardines del alma, donde a veces sirve de riego, y otras de inundación, dejando paso a la brutal tormenta.
No va más, che. Álgebra se parece poco a la felicidad. Y paradójico es que, los ojos que se pierden en la Tormenta-Infierno sean el único camino de liberación posible. Es que por ahí se escapa el fluido que sobra. Y ese arroyito va corriendo con caudal escaso hasta secarse en el infinito. Hasta sentir la sal en las mejillas. Y el amargor de un fernet. O de un mate. Y un dejo de dulzura que le queda a un país de fantasía pura. Y es ahí donde va todo (fuera de mí, claro): Una frase en francés

(Esta entrada, que pintaba linda, se vio interrumpida por sucesos delictivos contra un familiar cercano, no es chiste, ni mucho menos. Sepan disculpar.)

miércoles, 7 de octubre de 2009

Puntos suspensivos

Los que no pueden más...

domingo, 4 de octubre de 2009

The End

Cuando todo es nostalgia, me confundo, diluyéndome en el arco iris. Y yo sólo quiero ser feliz.

Bah, no sé...

La mochila llena de recuerdos, historias y pensamientos obsesivos no se rompe nunca, se estira y se estira. Desgárrate.