Louis Armstrong. Ya está. No hace falta que diga (escriba) nada más. Simplemente, escuchar...y yo ya no sé. Veo recortes de papel brillante por todos lados: momentos que sólo brillan al sol y muy de vez en cuando, hasta opacarse y apagarse. (Dejé de escuchar para escribir). Más que nunca mis neuronas se ciernen sobre lo mismo: indecisión futura, muerte, vida, nubecitas, sueños, fernet, cerveza, coca, balonpieses, y dudas y más dudas pseudofilosóficas. O filosóficas en serio. Como siempre, mucho razonamiento; poca resolución.
Pero por sobre por sobre todo, una fiebre furiosa incontenible, deseoso de patear todo de una vez, de hacer añicos el mosaico insoportablemente real de lo que ante mis ojos, fuera de mi mente, y a través de mis sentidos se me presenta como un lago oscuro y sin fondo. Las ganas de beberlo para cruzarlo, y sólo tener un estómago y un sorbete. Una sonrisa irónica más para reírme de mis propias payasadas. Y vamos que estoy buscando una hoja de papel, para hacerme un barquito, para cruzar el lago, y ya no escucho a Louis, no. Pero no tengo que apurarme, primero rompo el mosaico, después al lago, sí.
Es cierto ya sé. El lago y el mosaico, los generé yo, nadie más los ve. Pero bueno, ahí están. Consiguiendo que la miel sea amarga a la mañana, y yo sin animarme a cruzar, aunque llegue una lanchita, mejor con barco de papel así me ahogo. Revivo como zombie y le saco el cerebro (aunque sin comerlo en este caso) al gordito de "¿Porque llamamos a todos los puntos P y no Q, por ejemplo?" de la clase de Mate. Mate amargo. Mate amarga. Sí, y miel amarga. Soy amargo. Salvo que se oiga por ahí una voz gruesa rasposa y una trompeta que.
Pero por sobre por sobre todo, una fiebre furiosa incontenible, deseoso de patear todo de una vez, de hacer añicos el mosaico insoportablemente real de lo que ante mis ojos, fuera de mi mente, y a través de mis sentidos se me presenta como un lago oscuro y sin fondo. Las ganas de beberlo para cruzarlo, y sólo tener un estómago y un sorbete. Una sonrisa irónica más para reírme de mis propias payasadas. Y vamos que estoy buscando una hoja de papel, para hacerme un barquito, para cruzar el lago, y ya no escucho a Louis, no. Pero no tengo que apurarme, primero rompo el mosaico, después al lago, sí.
Es cierto ya sé. El lago y el mosaico, los generé yo, nadie más los ve. Pero bueno, ahí están. Consiguiendo que la miel sea amarga a la mañana, y yo sin animarme a cruzar, aunque llegue una lanchita, mejor con barco de papel así me ahogo. Revivo como zombie y le saco el cerebro (aunque sin comerlo en este caso) al gordito de "¿Porque llamamos a todos los puntos P y no Q, por ejemplo?" de la clase de Mate. Mate amargo. Mate amarga. Sí, y miel amarga. Soy amargo. Salvo que se oiga por ahí una voz gruesa rasposa y una trompeta que.