Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Magma

No se concibe la vida sin su vientre; así como la muerte sin él. Caminando por los bordes del río de magma, las niñas juegan a saltar la cuerda. Al costado del fuego que arde, se derrite la pava del mate.
Cuando los ojos se van, se esfuma esa visión: El río es de barro y las niñas se tapan la cara con las manos, y sobre el mostrador queda un café quemado con azúcar.
No veo más allá del verde, cuando los ojos vuelven, que se forma como bruma en el fondo de ese espejo, pues veo más cerca reflejadas mis propias pupilas: y mi estéril visión de las cosas.
Cuando enfocan de una buena vez ese verde ya marrones los míos no son: el color se funde, esa bruma llega, la pava silba, los corazones laten, el vientre crece, la lava fluye, la soga estalla, y los amores de mañanas mal despertadas, ya invaden los territorios de la estupidez hereje de los ojos de tierra mojada.

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