Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

jueves, 25 de agosto de 2011

Súplica del soldado caído

Se ha vaciado todo el territorio. Yo me quedo rendido en el combate, dejando los desechos de un café atroz en mis ojeras. Debo besarte, abrazarte, quererte, matarte, revivirte, odiarte, tomarte toda, con tu sangre y tu bilis, para luego poder ser yo.

Será la batalla última, que me sumergirá como submarino en océanos profundos, por debajo de tu vientre, perforando los intestinos con una daga verde. Moriré en las flores de tu Primavera, como tierra y sudor, te oiré hablar con mi lengua.

Será sin metáforas y sin verdades, será la realización efectiva de nuestro más obvio destino. Ser los dos, con vos siempre ganando.

De rodillas ante ti, se suplica siempre como si fuera esa, la gran obsesión.

Me rindo sin esfuerzo cada vez, mas jamás admitiré tal fracaso ante tus ojos. Será que te sabés ganadora, y ese placer que te causa mi derrota, hace que sonrías una y otra vez.

Suspiro por otro Invierno que pasa, suspiro por la llegada de los árboles hacia las blancas costas, de la noche hasta las pieles rojas.

Hoy pierdo por culpa de mi propia estocada. ¡Oh mujer, no derramemos más sangre!

No hay comentarios:

Publicar un comentario