Que parecidas: la felicidad y la muerte. Sé que lo dije muchas veces, pero galopa todo esto junto, por alguna razón la rima rima en mi cabeza y yo quiero que en mi escritura sea prosa y no rime nada. Porque la vida rima y la vida implica muerte. Tan obvio como eso. Y yo quiero pasión, pero ruego por la verdad. Me agacho y del piso recojo mi suerte. ¿Ven que (mi instinto) rima y mi intención va en prosa?. Una mierda de sonrisa dichosa que se dibuja sobre la cara de ojos verdes (o como sean): tan trillados, tan repetidos, tan ansiados que yo no sé si mi vida es también del color de sus ojos o simplemente es un ruedo alrededor de cualquier otra cosa que gira y gira. Vos en el fondo sabés que has creado ya, todo el arte del mundo y los demás desesperados intentamos copiarla un poco a ella.
Si esta prosa rimara o rimase como el más perfecto poema. Si mis disparos a ciegas asesinaran de una vez por todas lo que parece ser mi destino, si en verdad existiera una palabra, una obra, cualquier elemento, lo que fuere, para expresar de verdad, como corresponde, esa sonrisa que como ya dije que con ojos verdes se dibuja en tu cara dichosa, entonces jamás ningún insensato hubiese intentado inventar algo parecido a esto que llamamos imprenta.
Yo ya sé que será imposible, que alguien vea pues el sentido, de explicar que tienen de diferente las gotas de lluvia, que por ser gotas, pero sobre todo, por rodar en tu cara, como para ser incluidas en la poesía más maravillosa, o de ganarse un lugar en las rimas baratas.
Y es que tu cara me llena de felicidad, y amarte me mata, y andá a saber entonces, en que difieren esas dos cosas, así como las gotas.
Ay, ay, será que habré muerto por tus ojos verdes, che. O tal vez mis disparos fueron hacia mi propia sien, y entonces, así simplemente, mientras veía que el cielo se nublaba y que todo se doblaba, me suicidé de una vez por todas.
Aaaah, no! Era yo nada más, un ser iluso, nadando en el mar de la nada, porque tu boca, tus ojos, y ese ajedrez que siempre termina siendo derrota por el impulso que llega hacia mí cuando yo solamente quiero que. Si esta película que. Y el enésimo mate. Y ese infinito artilugio, que hace que el sol, que la muerte, que la lluvia, que el amor, que. Y qué!
Si al final, yo siempre quedo en lo mismo, hablando de la misma cosa, y a pesar de todo, aún no sé que es.
Pero sé muy bien como es esa sonrisa, eso sí.
Sea feliz, no un idiota!
Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
domingo, 14 de marzo de 2010
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