Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Blanco

La linterna se encendió: iluminó de lleno tu rostro. Y en la oscuridad, yo podía, yo podía ver que sonreías, cada diente lo hacía. Pero la apagaste enseguida, y la dejaste caer. No necesité volverte a ver. Te quiero, te quise.

Y nos vamos flotando.

3 comentarios:

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  2. ¿Te querré? Quizás eso le faltaba a mis diademas para seguir irradiando luz. Un pequeño vale de ¨Juntos por siempre¨. ¿Era mucho pedir?

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  3. Ummm, no sé si existe algún vale de ese tipo. Ojalá que sí. Pero a veces se puede querer en la oscuridad...

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