Sea feliz, no un idiota!

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Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

sábado, 22 de mayo de 2010

Pestaña

Tu enjambre de alas comeré al mediodía. Tu luz doblaré hacia mi alma negra. Porque tu púrpura vuelo vislumbro en sueños, de esperanzas, ilusiones, y por ende, confusión infinita. No sé la razón por la cual pienso que el caminar despreocupado trae hongos en los pies, o que las uñas de los pulgares de los mismos apuntan hacia adelante por propia decisión, independiente de los dibujos que describen mi mente al escuchar una canción autoproyectada en mis indiferentes oídos. Es ahí, (cuando escucho todos los sonidos) que todas las cosas que pasaron en todas las vidas se aplastan y quedan comprimidas en esos escasos minutitos que dura esa canción.
No me digan que a nadie le pasó, a mí me pasa todo el tiempo. Cuando eso sucede, miro hacia otro lado (o hacia ningún lado) y queda para mí sólo ese mundo, extinto el otro, pues ahí trabajan las pobrecitas hormigas.
Por eso es que, cuando te veo suspendida, (raro que andes un par de centímetros sobre el suelo sin que nadie lo note, más que yo) vuelvo a enfocar porque es evidente que esa imagen será transmitida completamente al otro mundo: que no se sabe si es real o imaginario, pero es el que ilumina los ombligos.

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