Todo para que sea feliz. Todo. Y es como una de esas muecas cuando se comprende una irremediable verdad y no se sabe si eso es bueno o malo, sonriendo un poco porque sí. O porque no.
Si fuera tan sencillo como hacer lo que uno quiere.
Sea feliz, no un idiota!
Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
sábado, 8 de mayo de 2010
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