En sus ojos un espiral verde infinito. Fractales de la perfección divina.
En su boca, dos incisivos de deslizan sobre el labio inferior. Mueca de placer irresistible.
En su pelo, un millón de ondas que se desdibujan y se enredan vaya uno a saber a que.
En mi mente habitan éstas, y muchas más cosas.
En sus ojeras, se cuentan varios insomnios y cafés.
En sus orejas, dos aros invisibles.
En su vida, ella es la reina de todas las frambuesas.
En mis ojos, se ven muchas cosas como éstas.
En su olvido, se cuentan muchas historias.
En sus manos se diseña la memoria.
En su ombligo, se explica la existencia.
Yo siento muchas cosas como éstas.
En su risa se propaga el miedo,
y su corazón expande el temor,
que tengo yo de no volver a oírla.
Es que yo imagino a ella, y muchas otras cosas.
Sea feliz, no un idiota!
Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
domingo, 5 de septiembre de 2010
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