Temo emborrachar y perecer. Temo olvidar que existís: creerme, como ahora, que sos sólo una porción de fantasía, algo que inventé alguna vez.
Y verte de nuevo, y dejarte de ver, y volverte a ver. Estar o no estar con vos. Y siempre así, todo mi tiempo divido en dos. Partido en vos.
Y dormir y despertarme cada mañana (o mediodía en su defecto) para intentar reconstruir mi sueño. Sí, siempre con vos.
Es idiota y triste, sabés? No encuentro justeza en mis palabras. No puedo evitar caer en lo trivial, en lo rosa. No puedo fabricar (mierda, carajo, puta madre) una frase que te desarme y te deje rendida. Y vos simplemente siendo, me dejás así: flotando dulcemente.
Sencillamente, tu felicidad le da un sentido (uno de los más importantes) a mi existencia.
Decime viejo. Explicame mate. Tomame el pelo. Tentame para jugar al League of legends. Hacé conmigo lo que quieras.
Me quedé sin criterios para analizarte.
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