Rozando lo evidente, queda un último gajo por comer por ahí. Llegando a lo verdadero, (todo claro, todo sencillo) siempre proyectada, la misma idea ya es verdad.
Los uno son dos, y el dos es uno.
Curvas simples, cerradas, orientadas en sentido positivo.
Funciones diferenciables en todo punto. E integrables también, por qué no?
Todo armónico, todo holomorfo.
Todo sale tomando parte real o imaginaria.
Mandarina sin gajos. Muerte en unos granos de café.
Cauchy tiró la cáscara. Y sobre el banco que quedó vacío, se cagaron las palomas.
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