Está más allá de cualquier criterio, de cualquier debate, de cualquier ilusión. No sé si sos ese ser imperfecto, o si te desprecio y te adoro como a un objeto.
No sé si sos estrella o lámpara de noche.
No sé si sos azúcar o edulcorante.
No sé si sos guirnaldas o flores.
No sé si sos mar o pileta.
No sé si sos amor u obsesión.
De resfríos y de gripes,
de melancolías y nostalgias,
de eso consiste mi otoño.
Simplemente, soy un payaso sin maquillaje, y allá vamos corriendo vos y yo, sin espejos donde mirarnos, y sin sombrillas que nos hagan sombra.
El dolor no se mide en copas de vino. El color no es de los muertos...
Somos un viejo oeste, ya no hay lugar para los dos.
Y la otra que gira y gira, suspendida, con el cuello sobre su hombro derecho, con su sonrisa Stephen Hawking en gravedad cero.
Nuevo anuncio del gobierno nacional y popular: "amor para todos", por las dudas Mauri responde:"vos sos bienvenido" aunque por alguna razón mucho no le creo.
Tus ojos tienen eso familiar de unos mates a la tarde, y a la vez, miran más allá, y me vienen soplando con vientos revolucionarios.
Un viaje hacía ningún lado, cinco o seis veces al día.
Los hombres caminan erguidos, ¿desde cuándo?
Y todo esto sería todo, más o menos, casi nada, si vos alguna vez fueras mi café en las mañanas.
No sé si sos estrella o lámpara de noche.
No sé si sos azúcar o edulcorante.
No sé si sos guirnaldas o flores.
No sé si sos mar o pileta.
No sé si sos amor u obsesión.
De resfríos y de gripes,
de melancolías y nostalgias,
de eso consiste mi otoño.
Simplemente, soy un payaso sin maquillaje, y allá vamos corriendo vos y yo, sin espejos donde mirarnos, y sin sombrillas que nos hagan sombra.
El dolor no se mide en copas de vino. El color no es de los muertos...
Somos un viejo oeste, ya no hay lugar para los dos.
Y la otra que gira y gira, suspendida, con el cuello sobre su hombro derecho, con su sonrisa Stephen Hawking en gravedad cero.
Nuevo anuncio del gobierno nacional y popular: "amor para todos", por las dudas Mauri responde:"vos sos bienvenido" aunque por alguna razón mucho no le creo.
Tus ojos tienen eso familiar de unos mates a la tarde, y a la vez, miran más allá, y me vienen soplando con vientos revolucionarios.
Un viaje hacía ningún lado, cinco o seis veces al día.
Los hombres caminan erguidos, ¿desde cuándo?
Y todo esto sería todo, más o menos, casi nada, si vos alguna vez fueras mi café en las mañanas.
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