Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Puente Saavedra y el turismo mental

Es el lugar insufrible que te llena de ideas. Si hay lluvia, más aún, se puede apreciar potenciado el olor a pis humano y otros animales (parecido a como se potencia el aroma a perro en días como hoy) Es tan horrible, tan feo...tan mundano, que no queda otra que transportarse a un mundo imaginado: hacer poesía y pensamiento obsesivo mientras subís esas escaleras. Rimar tontamente mientras el paraguas de destroza por una ráfaga de viento y ya apesta también uno, mientras chapotean las ojotas. Y entonces cuando rogás por obtener un asiento húmedo de 28 apenas se rompe ante tus ojos la piñata de colectivos, empezás a aguantarte la risa de las miles de conexiones insensatas de las que se nutre tu mente. Y llega el 28, y un par de horas después, así como el día te dejó adormilado y asesinó sin piedad tus ganas de ir al gimnasio, vos te llevaste los horripilantes recuerdos y aromas del lugar, y te olvidaste por allá todas las cosas interesantes que se habían ocurrido antes de intentar (en vano) cerrar el paraguas y sacar las monedas al mismo tiempo.

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