Cuatro, tal vez cinco:
Son las cucharas que yacen en el piso.
Tres, tal vez cuatro,
las personas que están en cuclillas; llorando.
Uno, tal vez ninguno,
Se fue volando sin despegarse del suelo.
Ojalá que no sea uno,
ni sean cuatro,
ni sean cinco.
Ojalá que el helado que queda en las cucharas,
dure un rato,
Un rato más que las lágrimas por ese tipo.
Sea feliz, no un idiota!
Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
sábado, 23 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ey, me alegra que sigas escribiendo...
ResponderEliminarInsisto: buscale la veta.
Porque yo voy a comprar tu libro jajaja
besos!
non!* =)
Gracias Non! Había escrito 4 y no cuatro, lo cual hacía que no guardase coherencia con el resto de la entrada. Ahora quedo más formal.
ResponderEliminar