No te esperaba.
Pero estás por ahí (y por acá) y ya rompiste todo.
No te esperaba.
Sin embargo, mis neuronas amarradas a pensamientos tan antiguos, ahora transmiten otras ideas.
Ni siquiera te soñaba,
Pero cada noche acompañás mi respiración acompasada.
No te veía...
y ahora ya llenaste mis ojos.
Te conocía y no te recordaba:
y ahora sé que nunca podré olvidarte.
Sabía reír. Sabía pensar. Sabía querer.
Sabía de música y de literatura.
De poesía y de historia
Y mil cuentos de memoria.
De canciones de antaño...sin palabras; hay tantas cosas.
En fin, yo ya era Dios omnipotente,
Invencible.
Y llegaste vos, me acuerdo muy bien:
colgabas de una percha,
planeando y descendiendo en la noche más perfecta,
con mil mates cebados y un millón por cebar,
con juegos de mesa, y juegos de manos.
Con todo eso que yo sabía en un pañuelito descartable.
Sí, puedo recordar que te sonaste los mocos y lejos lo tiraste.
Qué júbilo! Qué Dicha!
Esa sensación infinita.
Cuando aterrizaste me abrazaste
(Con total confianza)
Y dijiste con tu boca
(o tal vez lo cantaste)
Todo lo que yo siempre debería haber sabido.
Ahí nomás, el primer sánguche de milanesa envuelto en film plástico me diste
para llenarme la panza mientras seguías,
Derrochando tu sapiencia y tu algarabía.
Tu amor no lo explico,
Imposible comprender tu altruismo,
toda la belleza del mundo y de la vida,
resumida en tu sola persona.
En un verano sin ojotas
me diste otra percha
Y planeamos solos juntos
sin que nadie nos viese.
hacia donde ya no importa:
Hay noches que nunca oscurecen.
Sea feliz, no un idiota!
Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.
sábado, 2 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Admirable
ResponderEliminar