Hoy me siento brutalmente serio, cosa rara en mi persona así que aprovecho el momento.
Resulta que estuve pensando por estas horas en las conductas de los seres humanos con respecto a los momentos difíciles que a todos nos toca afrontar, y como cuando llegan nos damos cuenta que nuestras preocupaciones anteriores eran despreciables en comparación a lo que entonces nos concierne.
Y me vino a la cabeza la religión: esa necesidad que tienen varios de apelar a una misteriosa fuerza exterior que reacomode el mundo. Intentando ser lo menos soberbio posible, (otra cosa muy difícil de evitar en mi conducta) debo decir que en el fondo todos, creyentes o no, sabemos que el rezo no va a servir de nada, y si bien eso es complejo de aceptar considerando que algunas de las ya mencionadas circunstancias (las que involucran la muerte de algún color cercano, por ejemplo) pueden ser ajenas a nuestro potencial de solucionarlas, sugiero que en vez de perder ese tiempo (eso es lo que me enoja del rezo, el tiempo que se pierde, y también el hecho de rebajarse desesperado a rogar, aunque sea lógico tener miedo) busquemos hacer lo mejor posible para arreglarlo, por más imposible que sea el asunto. Es cierto, es algo muy obvio e idealista, pero un abrazo, un gesto, una señal jedi, un chiste malo, un mate o lo que sea termina siendo mucho más efectivo que buscar alcanzar a Dios que, si existe, seguramente sabe que no debe intervenir por estos pagos, porque sino se genera una dependencia tal, que nos volvemos impotentes.
Cielo o no; católico, agnóstico (nótese la pertenencia del autor en este grupo), o ateo, lo importante es ser buena gente...y si alguien que esta mal y que queremos, nos pide que oremos, lo haremos por un poco de felicidad, por inútil que sea. Igual, ya todos sabemos, más efectivo es decir: que la fuerza te acompañe.
Resulta que estuve pensando por estas horas en las conductas de los seres humanos con respecto a los momentos difíciles que a todos nos toca afrontar, y como cuando llegan nos damos cuenta que nuestras preocupaciones anteriores eran despreciables en comparación a lo que entonces nos concierne.
Y me vino a la cabeza la religión: esa necesidad que tienen varios de apelar a una misteriosa fuerza exterior que reacomode el mundo. Intentando ser lo menos soberbio posible, (otra cosa muy difícil de evitar en mi conducta) debo decir que en el fondo todos, creyentes o no, sabemos que el rezo no va a servir de nada, y si bien eso es complejo de aceptar considerando que algunas de las ya mencionadas circunstancias (las que involucran la muerte de algún color cercano, por ejemplo) pueden ser ajenas a nuestro potencial de solucionarlas, sugiero que en vez de perder ese tiempo (eso es lo que me enoja del rezo, el tiempo que se pierde, y también el hecho de rebajarse desesperado a rogar, aunque sea lógico tener miedo) busquemos hacer lo mejor posible para arreglarlo, por más imposible que sea el asunto. Es cierto, es algo muy obvio e idealista, pero un abrazo, un gesto, una señal jedi, un chiste malo, un mate o lo que sea termina siendo mucho más efectivo que buscar alcanzar a Dios que, si existe, seguramente sabe que no debe intervenir por estos pagos, porque sino se genera una dependencia tal, que nos volvemos impotentes.
Cielo o no; católico, agnóstico (nótese la pertenencia del autor en este grupo), o ateo, lo importante es ser buena gente...y si alguien que esta mal y que queremos, nos pide que oremos, lo haremos por un poco de felicidad, por inútil que sea. Igual, ya todos sabemos, más efectivo es decir: que la fuerza te acompañe.
Y pensar que iba a Catequisis, y hasta pagué limosnas!!!! Qué vergüenza, che. Despues, como a los 11, 12 añitos caí un poco mejor en la realidad...y pensar que hoy publiqué otra entrada maldiciendo(me). Trivialidades. Y pensar, pensar pensarrrrrr
ResponderEliminar