Deseo aspirar ya todo tu vapor que llega a mí tan sólo a veces. Y llegar a la perfecta ebriedad que nubla el razonamiento. Pero necesito de la savia vital que permite abrir mis orificios nasales: pasión no llegarás nunca. ¿No llegarás nunca? Recovecos que no comprendo, oscuros, terminan de deshacerme en la nada, aunque cierto sea que no puedo evitar recorrerlos una y otra vez. Si pudiera hacer de tus vapores mi oxígeno sería excesivo, pues no deseo depender de vos...yo sólo quiero poder inhalarte más seguido, que tu humedad lluviosa no se acerque solamente en esos instantes en los que. En fin, quierorretrucoquierovalecuatroquiero. Ufa, no se gana nada si el comodín es sota. Hay que saber mentir para engañarte y absorberte. Tal vez no sea cuestión de aprender a jugar al truco: en general se gana con una falta envido. ¿Tanto? ¡Tonto!
No quiero desviarme más.
Ojalá se evapore la felicidad:
así yo te aspiro;
así yo te canto:
el truco y también el tanto;
Y te quiero tanto. ¿A quién? ¡Qué sé yo! Tanto, tanto, tanto.
¡Tonto!
Putaqueterrequeterrecontrarrequeterremilparió...evaporate de una buena vez.
¡Tonto!
Putaqueterrequeterrecontrarrequeterremilparió...evaporate de una buena vez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario