Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

martes, 4 de febrero de 2020

Melián

Entre vos y yo cabe apenas un barrio o tal vez la mitad. Aunque entre vos y yo cabe todo un medio barrio o tal vez un barrio entero. Hay ventanas con antiguos marcos de madera, verdulerías con frutillas demasiado caras y supermercados chinos con la birra bien fría.

Tenemos muchas piedras, demasiadas, como para poder llegar a cualquier panadería y todos los ascensores nos suben y nos bajan demasiado despacio antes de poder llegar (salir). Se nos cae siempre el sol por el balcón justo cuando nos olvidamos de regar las plantas. Y, sin embargo, ellas crecen en las macetas para espantar nuestras palomas que dejan entonces de ser nuestras y vaya uno a saber si son libres.

Y en el medio, mientras camino, Melián.

Llueven plazas en los adoquines de Verano cuando vamos a vernos, porque, como vos ya bien dijiste, siempre hay una heladería entre nosotros, justo en el medio. Y al final, sea lo que sea el barrio y las muchas (pocas) cuadras que nos separan (acercan) siempre todas nuestras experiencias oscilan entre comidas y soles; sillones y ojos; sabores y miradas.

Y en el medio del medio barrio me detengo y dejo de caminar para mirar una calle con muchos árboles.

Pero no vale la pena tampoco quedarme demasiado.

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