Sea feliz, no un idiota!

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Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

martes, 26 de noviembre de 2019

Configuración

Cuando son más de las 12, busco encontrar de una vez por todas algo de mis propios pensamientos. En lugar de eso, me pierdo en mis boludeces. Juego cambiando la configuración del teclado hasta poder hacer que hable castellano. Y googleo como escribir las tildes y la ñ.

Ya parece un teclado normal ahora para la parte de las tildes, mas no para escribir la ñ. Intentaré actuar con premura y no caer en mi atolondrada torpeza y en una de esas, sin querer, escribir una palabra que contenga esa letra. Puedo decir que me voy a duchar o a asear, por ejemplo, en lugar de decir esa otra palabra que contiene esa letra, esa letra que en mi teclado todavía me cuesta mucho escribir y ya fácilmente ustedes se imaginan la letra y la palabra a las que me refiero. Eso me recuerda que hay palabras (más que letras) que también son difíciles de escribir, pero eso, ya sabemos, nada tiene que ver con el teclado, ni con el tema que en este texto nos compete.

Aun así, dado que dudo que este texto lleve hacia algún lado, y que dudo que haya algo que realmente nos competa un Martes húmedo y pegajoso, voy a extender un poco la reflexión final del párrafo anterior. Algunas palabras son aún más difíciles de decir que de escribir: Otorrinolaringología, por decir apenas una (claramente la busqué, la copié, y la pegué acá; no iba a ser tan ingenuo de tratar de escribirla yo).

Aunque vos y yo seguro pensábamos palabras más cortas, no? No sé el resto. En fin, vamos bien. Pero, siento que lentamente me duermo, y una palabra con esa letra se apoderá de mí, y pienso en el día que sigue al día de hoy, porque no tengo ganas de usar esa letra, ni romperme la cabeza pensando en sinónimos.

Y por eso ahora ya esto se termina (sí, ya) con vos y conmigo. Porque si hay letras difíciles de tipear, palabras difíciles de pronunciar y, sobre todo, frases que no se pueden decir, esto se convierte en un mensaje parcialmente censurado y carente de contenido. Y solo decimos estas cosas, y usamos todas estas palabras, porque no nos animamos nunca a decir, las pocas que importan.

Y por eso vale la pena escribir la ñ aunque cueste (ya no tanto) y pensar las palabras que pienso y decirte que hoy, como siempre, voy a soñar con vos. Que mañana, cuando me levante, voy a seguir del mismo modo, pensando en vos mientras me esté bañando hasta que la hechizo se haga añicos al subirme a mi bici oxidada y esfumarme en el asfalto con otras bicis, autos, taxis, colectivos, camiones, fletes, perros, supermercados y agua podrida bajo un sol porteño.

Y después te digo que pienso.


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