No hay cosa más incómoda que saludos impares.
Todo lo contrario es tenerte a mi lado.
Las fantasías corroen los azulejos. Te veo siempre. Sabes que sí. Con alfajores y café, con jeans y todo eso que en realidad no sé describir.
Simplemente no sé explicar las cosas cuando estoy contento.
Siento que caigo irremediablemente derrotado en tus territorios, a los que ingreso con mi bandera blanca.
Sabemos todo eso y mejor no decirlo, porque solo así podemos estar bien.
No pretendo trepar los más altos picos, matarte con los eufemismos más sutiles.
No pretendo querer quererte, ni quiero.
Al final, sólo sonrío...
Todo lo contrario es tenerte a mi lado.
Las fantasías corroen los azulejos. Te veo siempre. Sabes que sí. Con alfajores y café, con jeans y todo eso que en realidad no sé describir.
Simplemente no sé explicar las cosas cuando estoy contento.
Siento que caigo irremediablemente derrotado en tus territorios, a los que ingreso con mi bandera blanca.
Sabemos todo eso y mejor no decirlo, porque solo así podemos estar bien.
No pretendo trepar los más altos picos, matarte con los eufemismos más sutiles.
No pretendo querer quererte, ni quiero.
Al final, sólo sonrío...
hermoso.
ResponderEliminaresto que escribis, me hace acordar a algo.
a veces, cierta (s) persona (s) o situacion (es) me dejan sin palabras. Hago esfuerzos
indescriptibles por trascenderlos, por escribirlos, por poetizarlos.
Y no puedo, de alguna manera, se me roban las letras para hablar de amor.
Y vos, en cambio, pudiste.