Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

viernes, 30 de julio de 2010

Lo que se escribe bajo efectos de depresión y dulzura toda mezclada con abrazos y cosas felices que hacen que esa depresión se confunda

Vivir no es cosa de todos los días, no: a veces ando muerto por ahí y nadie me da bola, me saludan cordialmente, me dan la mano y me la sacuden sin que nada pase, sin darse cuenta que mi persona es en realidad un cadáver que sólo parpadea y late. Dejar que la gente muera por ahí sí sucede con abrumadora frecuencia en cualquier lado.
Cuando estoy vivo da igual: muchos dientes blancos puedo ver cuando se estira la boca sin sonreír convidando un poco de nada hacía alrededor y hacía mí. La diferencia, es que, cuando soy orgánico, puedo oler el aire que respiro, ver tus ojos cuando me hablan.

Cuando muero por vos, ahí sí que es un problema.

Quererte es como un engaño al olvido.
Y ahí la gente se olvida que muero,
y yo también empiezo a creer que vivo.

Es contradictorio: por vos vivo y muero.

Pero a la gente no le importa mucho.

Un placer haberte conocido.

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