Sea feliz, no un idiota!

Si está leyendo esto, no se encuentra perdido.

Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

viernes, 14 de octubre de 2016

El desgarro

Nos tuvimos que enontrar, no podíamos no hablarnos nunca más. Llegaste a mí y yo llegué a vos.

Hablamos.

Hablamos tanto...y nos dijimos de todo. Por fin nos habíamos reconciliado.

Yo soy realista, ya sé. Arreglarnos para ser novios de nuevo, no. No al menos ahora...

Pero ya casi somos amigos de nuevo, casi. Si hasta nos damos un abrazo, y es tan fuerte que duele. Obviamente que duele así por todo lo que fuimos, somos y seremos. Y yo quiero quedarme así, adherido para nunca más despegarme.

Pero entonces me rescato que la vida no es tan fácil, que algo como lo que hice no se arregla así. Tal vez algo así nunca se arregle. Yo, muy en el fondo, soy realista.

Y entonces pienso: "esto es real, esto es real, esto es real, esto es real, esto es real..." y está claro, entonces, que no lo es.

Me despierto y, como todas las mañanas, me cae todo el mundo encima. Y lo cargo en mi mochila, en mi subconsciente, en mis bolsillos, en mi ropa, en mis ojos, en mi boca y lo llevo al laboratorio, al final de Teórica 1, a Tecnópolis, a lo de Nontué y dejo un poco en mi casa. Cada tanto voy tirando a la basura lo que puedo, y otro tanto se lo voy dejando a toda la gente que cruzo en esos lugares. Pero el mundo es muy grande; mi cabeza también. Y yo soy muy pequeño.

Y cada día que pasa, me acuerdo más de lo que hice y la mochila a punto de explotar....

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