Sea feliz, no un idiota!

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Intento distraerlo, mientras le ato los cordones de los mocasines.

viernes, 28 de agosto de 2009

Historias

Algunos rastros quedan en el pasado...algunas historias que podrían ser dignas de contarse, o simplemente, de relatar, deformándolas a gusto del narrador. Esta es una de ellas:

Resulta que, mi abuela, o para mí, la oma, tenía en su natal Francia un novio francés a principios de los años 40. Sin embargo, guerra mundial e invasión hitleriana mediante, los jóvenes de esa nación debieron unirse al ejército nazi, y, entre otras cosas, ir a batallar en una misión prácticamente suicida a Stalingrado (San Petesburgo hoy). Había pasado un tiempo, y el novio de mi abuela, no había regresado.
Las mujeres no tenían muchas opciones: mi antepasada tuvo que, como buena parte del resto de ellas, ser una improvisada enfermera que atendiera a la enorme cantidad de enfermos y heridos que había en los hospitales. Mi abuelo la conoció en una visita a un amigo. Según cuenta la leyenda, él, 18 años mayor que ella, tuvo que hostigarla bastante tiempo, hasta que finalmente consiguió entablar una relación. Lorenzo, sí, así se llamaba este hombre que hoy tendría 103 añitos, trabajaba obligadamente reparando aviones para el ejercito del noble señor Adolfito. Esto fue así hasta que se escaparon a la siempre convenientemente neutral Suiza, donde tuvieron asilo un año, o algo así, hasta que no les quedó otra que venirse a tierras escobarenses (a los desertores del ejército los indultarían 20 y pico de años mas adelante).
Llegaron los años 60, y los Hofele ya tenían 4 hijos varones adolescentes, cuando una carta proveniente de Francia de parte del novio francés que mi abuela, la oma, tenía a principios de los 40 en ese país, contando que finalmente había conseguido volver de Rusia, y había buscado a mi abuela, lógicamente, sin éxito. Se había casado, y tenía 5 hijos. Con la carta, había una foto de su familia.

Perdónenme por pensar así, pero la verdad es que, aunque sea muy egoísta, estoy un poquito agradecido de este desencuentro amoroso. Un poquito.

1 comentario:

  1. siempre que quiero dar un ejemplo de "que para el amor no hay edad" me acuerdo de tus abuelos.. no sabía toda la historia, me hizo reir mucho tu forma de contarla, parece el argumento de una peli de ficcion..

    Ves! despues critican al nazismo, si no hubiera sido por Adolfo jamás hubiese tenido la suerte de conocerte..

    Lau

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